El Instituto Tecnológico del Plástico, AIMPLAS, desarrollará durante los próximos dos años y medio una nueva tecnología para fabricar un envase reciclable y biodegradable en polipropileno y almidón de trigo para pescado no cocinado.
Este proyecto, llamado "Thinfish", está coordinado por la empresa valenciana Criimpla y en él colabora la patronal gallega de la industria conservera Anfaco y la empresa búlgara Sivel.
La iniciativa continúa las investigaciones llevadas a cabo en el proyecto "Cobapack", ya concluido a nivel de planta piloto por lo que ahora se lleva a la práctica para su puesta en marcha industrial, con un espesor de envase inferior a un milímetro como demanda el sector de la alimentación y a un coste que resulte asumible por los fabricantes.
El envase tendrá una estructura tipo sándwich de tres capas, las dos exteriores de polipropileno, un plástico totalmente reciclable y muy eficaz como aislante ante la humedad.
En su interior se alojará una tercera capa de almidón obtenido del trigo que es clave en la composición del envase ya que por una parte constituye una eficaz barrera a los gases, de forma que garantiza una mayor duración del producto que contenga, y por otra es biodegradable al disolverse en su totalidad en agua.
La tecnología que se utilizará es un nuevo tipo de inyección (co-inyección simultánea) gracias a la cual se espera lograr un ahorro económico en la producción del envase y que también debe proporcionar un envase de espesor adecuado para el sector de la alimentación, de entre los 0,8 milímetros y un milímetro.
Según el investigador principal del proyecto, Enrique Benavent, el nuevo envase se obtendrá por un solo paso en lugar de en dos procesos como sucede actualmente, lo que conllevará ahorro en el consumo energético y flexibilidad en el diseño del envase.
Inicialmente los alimentos para estos envases serán anchoas y boquerones, pero el campo está abierto a otros pescados no cocinados que pueden haber sido marinados, ahumados o macerados.
El proyecto tiene como objetivo que el envase resultante pueda ser triturado, disuelto el almidón en agua y utilizado el polipropileno de nuevo.
Estas características lo diferencian de los envases barrera, fabricados con polipropileno y EVOH y de difícil reciclaje debido a la complejidad de separar ambos materiales.
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