lunes, 22 de marzo de 2010

Atreverse a emprender



No todo en este período de recesión que estamos atravesando es negativo. Muchos emprendedores atrevidos que se proponen desafiar a la crisis, lo consiguen. Un 80% de las empresas innovadoras de nueva creación consiguen sobrevivir al primer año. Además, existen múltiples fórmulas que pueden tenerse en cuenta antes de tirar la toalla.


En tiempos de crisis, el secreto para que los proyectos se abran camino está en el ingenio y la habilidad de apostar por lo que hasta ahora nadie había hecho. Es un buen momento para crear nuevas sociedades, pues si se da con el nicho de mercado adecuado, los competidores disminuyen y las oportunidades aumentan. El mantra de los nuevos emprendedores debe ser el siguiente: una buena idea tiene cabida en cualquier momento.


El total de empresas creadas en los primeros ocho meses del año asciende a la nada desdeñable cifra de 78.560 firmas, esto constituye un indicador de que existen emprendedores dispuestos a desafiar la fuerte desaceleración económica que atraviesa nuestra economía.


Por otro lado, el optimismo es imprescindible para sobrevivir. Los datos de la encuesta realizada entre las empresas creadas a través de la Ventanilla Única Empresarial (VUE) indican que las empresas que cierran suelen invertir menos que el resto de negocios, aunque se muestran más optimistas con respecto a los resultados que esperan obtener. El 60% confiaba en tener beneficios el mismo año de creación de la empresa, mientras que en las empresas activas este porcentaje se reduce al 40%.


No podemos olvidar que, por ejemplo, Google creció en medio de la explosión de la burbuja de las puntocom. Mientras a su alrededor todas las empresas importantes de su sector veían como el valor de sus acciones descendía por minutos, ellos seguían perfeccionando su producto, consiguiendo los primeros clientes corporativos y aventurándose en un nuevo modelo de negocio: la publicidad relevante.


Es cierto que, con un modelo de negocio mediocre y una ejecución mediocre, una empresa que podría sobrevivir en tiempos de bonanza morirá durante una crisis económica. Pero observemos la otra cara de la moneda: también es verdad que una ejecución brillante y un producto sólido e innovador pueden tener éxito allí donde la mayoría de proyectos empresariales fracasan.

martes, 16 de marzo de 2010

La innovación social


La innovación no termina en la tecnología, el diseño, el mercado o las ventajas competitivas. Hay vida más allá de la inversión empresarial y pública en I+D+i. La innovación puede ser aplicada por todos los miembros de la sociedad y en todos los ámbitos sociales, y sus beneficios pueden ser sociales también. Con motivo de la reciente publicación del informe sobre La Innovación Social publicado por la Fundación Empresa Universidade de Galicia (FEUGA) y la Fundación Bankinter, en la redacción de Innovamás MundiNova hemos estado investigando por la red para arrojar un poco de luz sobre este concepto.

La innovación social está integrada por las ideas innovadoras (nuevos productos, nuevas relaciones, nuevas organizaciones, nuevos servicios) que sirven para alcanzar objetivos sociales y satisfacer necesidades sociales. Los agentes más visibles de la innovación social son las ciudades, los gobiernos y las empresas. Los problemas sociales contemporáneos son de sobra conocidos: la pobreza, el cambio climático, el desempleo, el envejecimiento de la población…

Álgunas áreas de la innovación social:

· Envejecimiento de la población - que requiere nuevas formas de organizar las pensiones, el cuidado, el apoyo mutuo, el alojamiento, el diseño urbano, la movilidad y nuevos métodos para contrarrestar el aislamiento.

  • Aumento de la diversidad de países y ciudades - que exige formas innovadoras de organizar la escolaridad, la enseñanza de los idiomas y la vivienda.
  • Incidencia creciente de enfermedades crónicas como artritis, depresión, diabetes, cánceres y enfermedades de corazón. Esto demanda soluciones sociales originales así como nuevos modelos de asistencia médica.
  • Problemas de comportamiento (hábitos) - incluyendo obesidad, malas dietas e inactividad así como adicciones a alcohol, drogas/ medicamentos y juego. Ninguno de estos problemas encuentra fácil respuesta por los modelos tradicionales.
  • Transiciones difíciles a la edad adulta - lo que exige nuevas formas de ayudar a los adolescentes para acceder con éxito a carreras profesionales, relaciones y estilos de vida más estables.
  • Delincuencia y condenas (castigos) - que exige formas innovadoras para evitar la reincidencia y la creación de nuevos servicios correccionales.
  • Felicidad - la discordancia entre PIB creciente y el bienestar real, estancado o en declive según algunos indicadores, requiere nuevas ideas sobre política pública y acción cívica.
  • Cambio climático - que exige nuevas ideas sobre cómo reorganizar las ciudades, los sistemas de transporte, la energía y la vivienda para reducir radicalmente las emisiones a la atmósfera.

La filosofía básica de la innovación social es que todo el mundo puede cambiar el mundo. Se trata de alcanzar una sociedad en la que se fomente la innovación y el deseo de cambio, de manera que las personas encuentren en ellas mismas la fuerza y el poder necesarios para generar esta transformación.

El emprendimiento social va de la mano de la innovación social. Un emprendedor social debe tener una idea innovadora que produzca un cambio social significativo y una visión emprendedora a la hora de realizar sus proyectos. Son individuos que poseen la creatividad y la determinación tradicionalmente asociada a los emprendedores de negocios pero su motivación es la de generar un cambio social profundo y duradero y no el beneficio económico.

En una frase, la innovación social es la que genera valor para la sociedad en su conjunto.

jueves, 4 de marzo de 2010




La clase creativa. La transformación de la cultura del trabajo y el ocio en el siglo XXI es un libro escrito en 2002 por uno de los expertos en creatividad e innovación más prestigiosos del mundo, Richard Florida, y que acaba de ser reeditado recientemente.

Para Florida, la creatividad es la clave del progreso económico:

"La creatividad es el recurso económico definitivo. Hay que empezar a pensar en él como en un bien común, similar a la libertad o la seguridad. Es una energía inagotable.”

Desde su obra nos va descubriendo la forma de impulsar una sociedad que utilice, aproveche y recompense todo el potencial creativo de sus integrantes.

¿Quiénes forman esa “clase creativa”? Científicos, ingenieros, artistas, músicos, diseñadores, profesionales del conocimiento… Según el autor, en EEUU esta clase supone casi un tercio de la población, y en Europa está alrededor de un 5% de la mano de obra. Siguiendo con los números, la riqueza generada por el sector creativo, en los Estados Unidos, equivale casi la mitad de todos los ingresos laborales, unos 1,7 billones de dólares.

Florida define la creatividad humana como un recurso inagotable, y advierte de que ese potencial creativo permanece todavía sin ser explotado ni en una mínima parte. La principal crítica de este economista es que, a pesar del evidente valor de la creatividad, socialmente se sigue fomentando el talento creativo de una minoría, y se obvian las aptitudes creativas de la gran mayoría.

Pone de manifiesto que el crecimiento económico no sólo procede de las empresas o del trabajo, sino que influyen una mezcla de factores que define como las 3T: Tecnología (que va de la mano de la innovación), Talento y Tolerancia (un ambiente tolerante atrae a más distintos tipos de personas y en él se generan más ideas).

Su tesis es clara: para lograr que una economía crezca hay que fomentar la actividad creativa.

Richard Florida demuestra que el éxito no es cuestión de tecnología, de gobiernos, de gestión o ni tan siquiera de poder; la clave son las personas y sus patrones de relación creativa. Animaos a descubrir más cosas sobre la clase creativa y disfrutad de la lectura.