viernes, 26 de febrero de 2010

La sociedad de la imaginación



Parece mentira que el brillante discurso del que vamos a exponer los extractos que en la redacción de Innovamás en MundiNova nos han parecido más destacables, haya sido pronunciado ya en 2005 y por Rodríguez Ibarra (a priori, el tanto años presidente de Extremadura no parece el prototipo de persona innovadora ¿no?). Sin embargo, las ideas enunciadas están de completa actualidad, y esos cambios necesarios de los que se habla en este texto, todavía no han sido completados. Esperamos que os guste tanto como a nosotros.


"Cuando nos empeñamos en que nuestros hijos se preparen para hacer lo mismo que hicimos nosotros pero mejor, estamos pretendiendo ir al sitio de siempre por el camino de siempre.
Sostengo que el camino de siempre nos conduce al fracaso. Que la productividad y la competitividad basada en los conceptos tradicionales no va a dar más de sí."

"Estamos asistiendo a una nueva sociedad donde el proceso no es lineal sino biológico, donde lo que cuenta fundamentalmente es la formación, la inteligencia, la osadía, el riesgo, la diversidad, y la imaginación. Ése es el nuevo sitio y esos son los factores que definen al nuevo sitio, a la nueva sociedad."

"¿Y quiénes de entre nosotros reúnen esas características de formación, inteligencia, osadía, riesgo, diversidad e imaginación? Las respuestas son nuestros jóvenes. Y con ellos es necesario establecer un pacto, un pacto con la juventud española para poner esa fuerza, propia de su edad, a favor del proceso de transformación en el que estamos inmersos."

"¿En qué consistiría ese Pacto con la Juventud por la nueva sociedad?: tú me das tu fuerza, tu imaginación, tu formación, tu osadía, tu capacidad, y la sociedad, a través de sus órganos de poder, elimina las trabas que impiden que tu fuerza, tu formación, tu imaginación, tu osadía, puedan desarrollarse y ser útiles para ti y para tu país.

Para ello, para ese Pacto, en primer lugar será necesario inocular en la sociedad una nueva concepción del riesgo y del fracaso."

"Una nueva concepción del riesgo, en una nueva visión social, donde se destruya el “horror al error, esa imagen negativa que se tiene actualmente del fracaso. El error debe ser considerado inherente al emprendimiento, beneficioso, necesario para llegar al éxito. En definitiva, debe surgir un nuevo concepto donde el fracaso sea el éxito del aprendizaje, y donde lo penalizado sea la inactividad, nunca los fallos o los errores.

Así lo ven por cierto, ya muchas organizaciones que han empezado a aplicar los nuevos valores de esta sociedad que nos está llegando. Son conocidos casos como los de Microsoft, donde para determinados puestos de responsabilidad prefieren contratar personas con experiencia en errores en sus anteriores empresas, aunque esos errores les haya supuesto el despido. Ya no sólo es importante el conocimiento, sino la osadía, la imaginación y la capacidad de experimentar y asumir riesgos. Poco a poco, la capacidad para asumir riesgos se valora más que la seguridad de quien nada arriesga."

"Los cambios que exige la sociedad de la imaginación no sólo atañen a la economía o al sistema educativo. Para el nuevo mundo que se avecina se impone también la necesidad de dar un valor real a las personas por encima de las cosas. Hay que invertir en las personas porque son las que, con sus capacidades, pueden hacer crecer lo que se propongan.

Esto puede parecer obvio y, por lo tanto, desgraciadamente siempre lo obviamos. Estamos en esta nueva sociedad y todavía tenemos sistemas demasiado tradicionales. Un ejemplo: los sistemas contables de las empresas siguen considerando "gasto social" a las personas e "inversiones" a las cosas. En consecuencia, lo primero que recorta una empresa cuando afronta una crisis son las personas y no las cosas. Y eso a pesar de que todo el mundo da por sabido que las personas son "el principal activo" de la empresa."

"Si queremos obtener beneficios a medio plazo, en nuestros días debemos invertir ya en el abono, es decir, en fomentar la capacidad creativa de las personas. No podemos seguir anclados en los sistemas de la sociedad industrial, cuando se prefería invertir en máquinas que agilizasen el proceso, antes que en personas que lo reinventasen. El valor de la nueva sociedad es el capital humano, sin duda.

Éstos son los ingredientes básicos de la nueva sociedad. Si a la tecnología y al conocimiento le sumamos la diversidad y la tolerancia, y a la imaginación le aplicamos el principio de la experimentación, estaremos preparados para esta nueva era. Todos ellos son instrumentos suficientes para encarar los problemas de nuestro tiempo."

"También los medios de comunicación deben saber adaptarse a las nuevas exigencias de desarrollo. No se puede ni se debe seguir informando sobre la nueva economía y la nueva sociedad con los criterios de la sociedad industrial o con las pautas de la vieja sociedad. Me imagino la cara de Bill Gates o de los inventores de Google cuando un periodista le preguntara al año y medio de estar trabajando en su proyecto: ¿cuántos puestos de trabajo ha creado usted en este año?

Pero la nueva sociedad es una sociedad protagonizada por los jóvenes que no se limita a un horizonte de progreso material. La sociedad de la imaginación es también la sociedad de la imaginación social, la capacidad de soñar y construir una sociedad diferente, de imaginar y experimentar nuevas formas de articulación social, maneras nuevas de relación entre los diferentes actores sociales (públicos, sociales y privados), condenados a cooperar, a sumar fuerzas, a producir inteligencia colectiva."

"La innovación no es la ruptura con lo anterior, sino sobre todo el uso innovador de lo experimentado".



Discurso completo:


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